Cuando Europa ya no es el modelo

Estamos en crisis, no lo duden, pero no refiero a la que todos estáis pensando, me estoy refiriendo a una que va a ser más larga en el tiempo, y es posible que irreversible, la crisis de la construcción europea, del modelo de libertad que iba a ser el ejemplo para el resto del mundo, de democracia, de libertad, de políticas sociales, de solidaridad y de paz.

La construcción europea está en crisis, y no solo por el hecho de que cayera el Tratado de Niza, o que se esté tambaleando el de Lisboa, sino porque las directivas europeas que tan avanzadas eran y que marcaban senderos de progreso, se han convertido últimamente en orientaciones regresivas, cuando no reaccionarias, sobre temas importantes como pueden ser la inmigración o la política laboral.

Es comprensible el esfuerzo de los países de Europa por poner límites a la inmigración, sobre todo la ilegal, que ha saturado en muchos casos la capacidad de asimilación de las zonas receptoras, pero eso en un contexto menos populista no debería haber ido nunca sin estar acompañado de medidas en origen y planes ambiciosos para la solución del fenómeno de raíz. Y por supuesto la ampliación de la jornada laboral semanal a 65 horas, es uno de los pasos atrás más importantes de lo que va de siglo XXI, muchas huelgas y lucha sindical se han llevado en todo el mundo para llegar a las actuales 40 horas semanales, para que ahora todo caiga de un plumazo, las orientaciones neoliberales de casi todos los países europeos vician el espíritu fundacional de la Europa unida.

En este contexto es normal el desapego que sienten los ciudadanos con respeto a Europa y a lo que significa, los ciudadanos votan referéndum tras referéndum que no les gusta como se plantea el tema Europeo, en un ambiente en que muchos alimentan sin sonrojo la vuelta a los nacionalismos, de las naciones ya existentes y de los que lo quieren ser.